miércoles, 17 de diciembre de 2008

Lo mismo

A: ¿Estar o no estar?
B: ¿Nunca, siempre, todavía o más allá de hoy?
A: Quien pregunta espera una respuesta no una pregunta.
B: ¿No puede ser una respuesta una pregunta?
A: Difícil.
Pero a la vez se me antoja que era ser o no ser la pregunta. ¿Pero que importa ser sin estar?
B: Hay que estar siendo, ser estando, ser para estar, estar para ser...intercalándolos uno se transforma. Es así: te vistes de ser y estás.
A: Si, pero para vestirte de ser primero tienes que estar.
B: Bueno puedes estar y no vestirte de ser y también puedes ser sin estar.
A: ¿Pero que dices? ¿Cómo es eso de ser sin estar?
B: Pues fíjate en Dios, el es y no está o mejor está y no es, o ambas y por eso es Dios.
A: Si debe ser así. Tiene la capacidad de ser todo y de no ser nada, de estar siempre y no estar nunca.
B: Pues lo que yo te decía estar o no estar es cuestión de tiempo, pertenece a los adverbios decidirse: si siempre, si todavía, si nunca o si más allá de hoy.
A: Bueno, ahora estemos en paz
B: Eso, seamos pacientes.

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