sábado, 20 de febrero de 2010

Dentelladas

Si después de todo sus cuerpos se encontraron detrás del espejo
fue con la excusa de la sed de mirarse en ojo ajeno.
Flechazo de pupilas sedientas que saciaron por unos meses
el vacío redondo.
Si él la quiso nadie lo sabe.Si ella se enamoró a nadie le importa.
Como exiliados de si mismos recurrieron a morirse por un rato en lo húmedo del otro.
A veces se entregaron al amor, segundos inquietos en los que imaginaban que el otro no lo sentía. Al despedazarse a mordiscos la sangre fue lo más cálido de su encuentro.

2 comentarios:

el oso dijo...

¿Amor con sangre entra?

Besos

Literaria dijo...

amor con sangre sangra..